Mente y materia.
Es una realidad que toda cualidad de la experiencia inicia su partida en la mente, específicamente en la sinapsis entre las dendritas de las neuronas y la calidad de su estado definirá nuestra percepción y comportamiento sobre el mundo.
La bioquímica que altera estas vías de comunicación, como el cortisol liberado en momentos estresantes, la serotonina en momentos de plenitud, las endorfinas después de hacer ejercicio, la dopamina al cumplir objetivos que requirieron aprendizaje, la oxitocina cuando fortalecemos vínculos sociales y la adrenalina cuando nos exponemos a algún riesgo modifica nuestro estado mental, su percepción, formulación, manifestación y retroalimentación. Es la que modera nuestra conducta, pero dada la neuroplasticidad, el cambio está al alcance de todos.